miércoles, 4 de abril de 2012

NUESTRO PAN DIARIO

04/04/2012

Halcones y leones
Lectura: 1 Pedro 5:5-11

el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. —1 Pedro 5:8

Una mañana, observaba un conejo que mordisqueaba la hierba en el patio trasero de mi casa. Era de los pequeños, con piel marrón moteada y una cola que parecía un pompón de algodón. De repente, un halcón se deslizó por el aire con la velocidad y la precisión de un rayo. Con las garras extendidas, se lanzó hacia su presa. Pero el conejo se dio cuenta del inminente peligro y salió corriendo para resguardarse, lo que logró solo unos centímetros por delante del halcón.

Como el conejo que se percató de su depredador y se escabulló, nosotros, como creyentes, tenemos que estar alertas para poder evadir a nuestro enemigo. «… el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar» (1 Pedro 5:8). Satanás quiere devorarnos al inducirnos a actuar como él desea, y esto lo hace jugando con la verdad (Juan 8:44) y tratando de engañarnos (Génesis 3:1).

Las artimañas del diablo reflejan su naturaleza deshonesta, y el propósito de sus trampas es tomarnos desprevenidos. La respuesta de los creyentes debería ser mantenerse alertas y con la mente despejada (1 Pedro 5:8). Vivir en este estado de atención constante nos ayuda a detectar las falsas doctrinas (1 Juan 4:1-3; 2 Juan 1:7-11) y a vencer la tentación (Mateo 26:41).

Ten cuidado con tu depredador espiritual. ¿Qué clase de mentiras está susurrándote? ¿Cómo te está tentando? Resístelo, y huirá (Santiago 4:7).
—JBS

El primer paso en el camino a la victoria es reconocer al enemigo.

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