NUESTRO PAN DIARIO
17/06/2012
Nuestro Padre celestial
Lectura: Lucas 11:1-13
… Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre… —Lucas 11:2
Cuando Jesús nos enseñó a orar, empezó diciendo: «Padre nuestro que estás en los cielos» (Lucas 11:2). Este es uno de los numerosos pasajes bíblicos que se refieren a Dios como Padre. Me resulta fascinante e instructivo que, cuando Él quiso que supiéramos cómo es, decidió enfatizar su paternidad.
¿Qué sabemos de Dios como nuestro Padre? Según la oración de Jesús, sabemos que nuestro Padre celestial es accesible y está atento a nuestras necesidades. También aclara que suple nuestras necesidades, y que nos perdona y protege del mal (vv. 2-4).
¡Qué modelo tan maravilloso para los padres que no están en el cielo! Sin duda, hay un solo Padre perfecto en el universo, pero, como tal, establece las pautas para el resto de los progenitores que están lejos de ser perfectos. Al principio de mi ministerio, descubrí que a mis hijos no les impresionaban los libros que yo escribía, los títulos que tenía ni los lugares donde hablaba, sino que anhelaban que les dedicara tiempo y atención, que supliera sus necesidades básicas, que los perdonara con paciencia y amor, y que generara un entorno seguro para que crecieran y maduraran. Esta es una lista breve, pero sumamente profunda, de los deberes de un padre.
¿Y qué de aquellos que no tuvieron un padre que supliera esas necesidades? Anímate al saber que, si has sido redimido por medio de Jesús, tienes un Padre celestial perfecto, y que Él es el mejor de todos.
—JMS
Los brazos del Padre celestial nunca se cansan de sostener a sus hijos.
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