jueves, 5 de julio de 2012

NUESTRO PAN DIARIO
05/07/2012
 
Mi amigo Guillermo
Lectura: 1 Corintios 12:18-27

Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. —1 Corintios 12:25

Cuando nos bajamos del autobús para visitar un hogar de niños con discapacidades psicofísicas, en Cospe, Jamaica, nunca imaginé que me encontraría con un jugador de fútbol. Cuando el coro de jóvenes y los otros adultos acompañantes se dispersaron para abrazar a los niños, demostrarles afecto y jugar con ellos, yo me crucé con un joven llamado Guillermo.
No estoy seguro de cuál era su diagnóstico médico, pero parecía haber tenido parálisis cerebral. Antes de bajarme del autobús, había tomado un balón de fútbol, así que, se lo arrojé suavemente a Guillermo, pero se le cayó.
Cuando lo levanté y se lo puse entre las manos, lentamente lo manipuló hasta que pudo sostenerlo como él quería. Después, apoyándose contra una reja para mantener el equilibrio, me lo arrojó perfectamente. Durante los 45 minutos siguientes, jugamos a arrojarlo y tomarlo; él lo arrojaba y yo lo tomaba. Guillermo no paraba de reírse… y me conmovió. Aquel día, estoy seguro de que él impactó mi vida tanto como yo la de él. Me enseñó que todos somos necesarios como parte del cuerpo de Cristo, la Iglesia (1 Corintios 12:20-25).
Por lo general, la gente descarta a los que son diferentes, pero son los«Guillermos» del mundo los que nos enseñan que el gozo llega cuando aceptamos a los demás y actuamos con compasión. ¿Hay un Guillermo en tu mundo que necesita que seas su amigo?
—JDB

Nos necesitamos unos a otros para ser lo que Dios quiere que seamos.

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