domingo, 9 de septiembre de 2012

NUESTRO PAN DIARIO
09/09/2012
 
La máscara de los caballos
Lectura: Salmo 119:33-40


Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino. —Salmo 119:37.
 
 
Cerca de donde mi esposo y yo vivimos, hay una granja con muchos caballos. Durante ciertas épocas, estos animales tienen máscaras sobre los ojos. Por mucho tiempo, sentí pena por esos caballos que no podían ver, pero, después, me enteré de que mi suposición sobre esas máscaras estaba equivocada. Están hechas de una malla abierta y se puede ver a través de ellas. Estas mallas impiden el paso de las moscas que les enferman los ojos. Las máscaras no impiden que los caballos vean… ¡evitan que queden ciegos!
Los incrédulos suelen suponer cosas sobre la Biblia similares a lo que yo pensé de las máscaras. Piensan que es algo que Dios nos pone delante de los ojos para que no veamos toda la diversión que podríamos tener. Sienten lástima de los creyentes en Cristo porque creen que el Señor no nos permite disfrutar de la vida. Así como yo no sabía sobre las máscaras de los caballos, ellos desconocen de la Biblia. No obstaculiza que veamos todas las cosas buenas, sino que evita que nos infecten las mentiras que producen ceguera espiritual. La Palabra de Dios no impide que disfrutemos de la vida, sino que hace posible que gocemos de aquellas cosas que satisfacen verdaderamente.
La Biblia no obstaculiza que conozcamos la verdad, sino que evita que creamos mentiras.
—JAL
 
Cuando vemos el mundo a través del filtro de la Palabra, aprendemos la verdad sobre ambos.



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