sábado, 28 de julio de 2012






PENSANDO EN EL CIELO.


LECTURA: SALMO 16



En su  devocionario clásico titulado “El Reposo eterno de los santos, el pastor y escritor puritano ingles Richard Baxter (1615-1691) escribió:



“¿Por qué no están nuestros corazones fijos en el cielo todo el tiempo”?



¿Por qué no moramos allí en constante contemplación?... Inclina tu alma para que estudie  la eternidad, ocúpate  en la vida venidera, acostúmbrate a tales contemplaciones y no dejes que esos pensamientos sean ocasiónales y superficiales, sino antes bien sumérgete en las delicias del cielo”.
Ese es un consejo sano. En lugar de pasar todo nuestro tiempo pensando donde estamos, nosotros como creyentes en Jesucristo también necesitamos pensar en donde estaremos. Iremos a un lugar preparado especialmente para nosotros (Juan 14:2).
Estaremos con Dios, donde disfrutaremos delicias para siempre (salmos 16:11).
Baxter prosigue señalando cuatro beneficios queda pensar en el cielo: Nos protege de las tentaciones porque mantiene el corazón centrado en lo que agrada Dios: mantiene el vigor de la vida cristiana: es medicina para nuestras aflicciones: y nos convierte en alimentos para nuestros hermanos pelegrinos.
Con esto en mente preguntamos igual que Baxter ¿ Por qué no están nuestros corazones fijos en el cielo todo el tiempo?.

LOS QUE TIENEN EL CORAZON FIJO EN EL CIELO NO SE AFRRARAN A LAS COSAS DE LA TIERRA.


Fuente: Nuestro Pan Diario.
            28 de julio de 1997.



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