PENSANDO
EN EL CIELO.
LECTURA:
SALMO 16
En su
devocionario clásico titulado “El Reposo eterno de los santos, el pastor
y escritor puritano ingles Richard Baxter (1615-1691) escribió:
“¿Por qué no están nuestros corazones
fijos en el cielo todo el tiempo”?
¿Por qué no moramos allí en constante contemplación?...
Inclina tu alma para que estudie la
eternidad, ocúpate en la vida venidera, acostúmbrate
a tales contemplaciones y no dejes que esos pensamientos sean ocasiónales y
superficiales, sino antes bien sumérgete en las delicias del cielo”.
Ese es un consejo sano. En lugar de
pasar todo nuestro tiempo pensando donde estamos, nosotros como creyentes en
Jesucristo también necesitamos pensar en donde estaremos. Iremos a un lugar
preparado especialmente para nosotros (Juan 14:2).
Estaremos con Dios, donde disfrutaremos
delicias para siempre (salmos 16:11).
Baxter prosigue señalando cuatro
beneficios queda pensar en el cielo: Nos protege de las tentaciones porque
mantiene el corazón centrado en lo que agrada Dios: mantiene el vigor de la
vida cristiana: es medicina para nuestras aflicciones: y nos convierte en
alimentos para nuestros hermanos pelegrinos.
Con esto en mente preguntamos igual que
Baxter ¿ Por qué no están nuestros corazones fijos en el cielo todo el tiempo?.
LOS QUE TIENEN EL CORAZON FIJO EN EL
CIELO NO SE AFRRARAN A LAS COSAS DE LA TIERRA.
Fuente: Nuestro Pan Diario.
28 de julio de 1997.
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