lunes, 6 de agosto de 2012

Nuestro Pan Diario

06/08/2012

Siempre

LEA: 1 Tesalonicenses 4:13-18

… estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. —1 Tesalonicenses 4:17-18
Me encantan las palabras siempre y nunca. ¡Contienen tanta esperanza! Me gustaría pensar que podría ser feliz siempre y que la vida nunca va a decepcionarme. Pero la realidad dice que no siempre seré feliz y que las cosas que espero que nunca sucedan tal vez ocurran. Entonces, por más buenas que suenen estas palabras, luchan por lograr su máximo potencial… a menos que uno piense en la promesa de la presencia de Jesús.
A un grupo de discípulos preocupados que temían enfrentarse solos a la vida, Jesús les dijo: «yo estoy con vosotros todos los días» (Mateo 28:20). El escritor de Hebreos nos recuerda que el Señor también declaró: «No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré» (Hebreos 13:5-6). Y el apóstol Pablo les asegura a los creyentes que, después de la muerte: «estaremos siempre con el Señor» (1 Tesalonicenses 4:17). ¡Qué alentador!
Independientemente de lo tenebroso que pueda parecer hoy nuestro camino o de lo desesperanzado que veamos nuestro futuro, la certeza de la presencia permanente de Dios puede brindarnos el coraje y el consuelo para seguir adelante. Y lo mejor de todo es que, cuando esta corta vida se termine, estaremos siempre con Él. Con razón, Pablo nos exhorta: «Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras» (v. 18).       J.S.

La confianza de la presencia de Dios nos consuela.

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