Nuestro Pan Diario
08/08/2012
Ganadores
y perdedores
LEA:
1 Pedro 3:8-12
…
con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.
—Filipenses 2:3
Cuando
terminó la final de la Liga de Fútbol Americano y los Green Bay Packers les
ganaron a los Bears [Osos] de Chicago, mi hija Lisa notó que Eliana, su hijita
de cuatro años, estaba llorando. Le pareció extraño, ya que a ninguno de los
padres de la niña le interesaba particularmente quién ganara el juego.
Cuando
Lisa le preguntó por qué lloraba, ella dijo: «Me dan lástima los Osos. Parecen
tan tristes».
¿Podemos
aprender de una niñita alguna lección sobre la compasión? En un mundo donde
ganar es tan importante y donde los perdedores son rechazados, olvidados y
tratados injustamente, necesitamos recordar esto: Cuando vemos que otros lidian
con una pérdida, ¿estamos dispuestos a llorar con ellos, darles un abrazo y
ofrecerles ayuda?
Varios
pasajes de las Escrituras nos desafían a tratar a los demás con compasión.
Filipenses 2:1-3 nos dice que pensemos más en los demás que en nosotros mismos,
que nos ocupemos de sus necesidades y no solo de las nuestras. En 1 Pedro
3:8-12, se nos recuerda que la compasión significa tratar a los demás
«fraternalmente». Y Colosenses 3:12-15 declara que la misericordia, la bondad y
la humildad son pruebas de que Dios nos ha redimido.
Mira
a tu alrededor. ¿Ves a alguien que esté atravesando una difícil pérdida? Haz
algo más que sentir pena por esa persona. Muéstrale tu compasión y el amor de
Dios.
Una
medida de nuestra semejanza a Cristo es la sensibilidad ante el sufrimiento de
los demás.
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