Texto: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, será semejante a un hombre prudente que edificó su casa sobre la peña” (Mateo 7:24).
El objetivo cardinal de un verdadero Creyente comienza con practicar lo que ya sabe, así estaría construyendo sobre la roca que es Cristo: de donde se infiere que la fe no es otra cosa que el gusto por las promesas de Cristo, lo cual estimula a servirle. Es saludable para tu alma hacerte esta pregunta: ¿Estoy en la verdad? ¿Estoy dispuesto a morir por ella? Si es así entonces haz firme la vocación de fe que has hecho, si no es así entonces sospecha de ti mismo. Cultiva buenos pensamientos de Dios y Sus tratos contigo, medita de Su amor a ti en Cristo, esto te empujará a obedecer; porque mirando tus desalientos es imposible seguir a Cristo. La constancia y permanencia de unidad en la pareja viene del amor. Ellos vencen los obstáculos en el matrimonio por causa del amor que hay entre ellos. Esto mismo es aplicable a la constancia de luchar contra el mal. Esfuérzate en crecer en la auto-negación cada día. Nadie puede entrar al cielo si no se hiere a sí mismo de muerte con su propia espada espiritual: “Así también vosotros, considerad que estáis muertos para el pecado, pero que estáis vivos para Dios en Cristo Jesús” (Ro.6:11); morir al mundo en un verdadero creyente es matar en el corazón cualquier amor o interés que pueda entrar en competencia con el amor de su corazón, el cual es Cristo.
Este hombre tiene un sólo ojo: Agradar a Dios. En cambio tener el corazón o la vista dividida es causa de ruina. Considere los hijos de Israel en el desierto, cuya desgracia fue llevar en sus corazones un permanente gusto por los placeres de Egipto: “Y al pueblo dirás: "Santificaos para mañana, y comeréis carne. Pues habéis llorado a oídos de Jehová diciendo: ¡Quién nos diera de comer carne! Porque nos iba mejor en Egipto. Jehová, pues, os dará carne, y comeréis” (Num.11:18); así es con la mayoría que vanamente pretenden tener a Cristo y sus codicias en el corazón. Esto enseña que quienes comienzan en hipocresía terminarían en apostasía, o que las falsas motivaciones hunden a los hombres. Procuremos que nuestras motivaciones sean sólo en Dios y en Cristo.
Un caso negativo: Joás, fue buen rey mientras vivía el sacerdote Joiada: “Joás hizo lo recto ante los ojos de Jehová, todo el tiempo del sacerdote Joiada... Después de la muerte de Joiada vinieron los jefes de Judá y se postraron ante el rey, y el rey los escuchó. Entonces abandonaron la casa de Jehová, Dios de sus padres, y rindieron culto a los árboles rituales de Asera y a los ídolos. Y la ira de Dios vino contra Judá y contra Jerusalén, a causa de esta culpa suya. Sin embargo, les envió profetas para que los hiciesen volver a Jehová; y éstos les amonestaron, pero ellos no escucharon” (2Cro.24:2,17-19) Hay veces que el ojo de hombres celosos y santos mantienen a los otros en la piedad, pero tan pronto mueren los que le sobreviven abandonan la fe. Quizás persuadido de eso la exhortación de Pablo: “Predica la palabra; mantente dispuesto a tiempo y fuera de tiempo; convence, reprende y exhorta con toda paciencia y enseñanza”(2Tim.4:2). Hermano amarra la verdad a tu corazón, y cada vez que vengas a las Escrituras, recíbela como si fuera escrito para ti personalmente. Esfuérzate, pues, por obedecer la fe, creer la verdad y practicar lo que ya conoces.
Amén.
IGLESIA BAUTISTA DE LA GRACIA IBG
Avenida Estrella Sadhalá esq. calle 8
Postal 1397
Reparto Universitario
Santiago, República Dominicana
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