domingo, 13 de enero de 2019










La clave experimental


 "Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra"  2 Corintios 9:8:

Sabemos que la fe en la gracia venidera de Dios es la clave experimental de la generosidad porque en 2 Corintios Pablo expone esta maravillosa promesa: "Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra".

Dicho de otra forma, si queremos ser libres de la necesidad de acumular nuestro dinero, si queremos desbordar con abundancia de gracia para toda buena obra, entonces hemos de poner nuestra fe en la gracia venidera. Confiar en la promesa de que "poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia" en cada momento del futuro para este mismo propósito.

He llamado a la fe en la gracia futura la "clave experimental" para la generosidad, para no negar que existe también una clave histórica. Está la clave de la experiencia, y una clave histórica. Cuando habla de la gracia que recibieron, Pablo recuerda a los corintios en 2 Corintios 8:9: "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos".

Sin esta obra de gracia pasada, la puerta de la generosidad que exalta a Cristo permanecería cerrada. Esa gracia pasada es la clave para amar.

Pero notemos como funciona la gracia pasada en este versículo. Que Cristo se hizo pobre es el fundamento de la gracia futura (que nosotros seamos ricos). Por tanto, la clave histórica a nuestra generosidad opera poniendo en nuestra mano la clave experimental de la fe en la gracia venidera.

Así pues la clave experimental para el amor y la generosidad es esta: pongamos la fe firmemente en la gracia venidera, en que Dios es poderoso para hacer (en el futuro) que abunde en nosotros toda gracia para que nuestras necesidades estén cubiertas y que podamos desbordar con el amor de la liberalidad.

La libertad de la codicia viene de la fe en la gracia venidera de Dios.

JP.



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